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Seis de eneroFrancinher S.
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Seis de enero

En este verano las mañanas son muy frías.

traigo a mi memoria las palabras sabias

de personas confiables cuando me decían:

“que tan solo la luz a las tinieblas vencería”.

 

Pero se ve que esta última también venció,

porque aun estando el sol, puesto en su esplendor,

siguió ese frio causando estragos en mi corazón,

y quizás en algunos otros, lo sé y lo digo con temor.

 

Algunas voces inevitablemente

se acercaron, hasta mí,

viajaron para sumarse a mis plegarias,

quizás han cumplido su misión.

 

Palabras, unas tras otras

se instalan de a poco en mi vida.

Tan solo logro ponerme en pie,

para caer de nuevo de rodillas,

 

más mi alma desdoblada

lucha por no perder la esperanza

de ese instante que me acerque

un poco a la paz de tu morada.

 

Con mis ojos cerrados sigo el recorrido,

veo algunas personas que interceden

y en medio de las propias suplicas,

transitan la vida anhelando que llegue ese día,

¡para ser escuchados!

1

Muchos en sus cuerpos quedaron a la espera,

otros lo hicieron desde la triste agonía

y finalmente algunos otros partieron

en busca de paz y libertad

para así completar la armonía.

 

¿A quién acudir? ¡Me pregunto!...

¿Que soy yo?… ¿de qué y para que fui hecho?

¿Qué puedo hacer? por último ¿qué misión cumplo?

Para unirme desde ya a ello.

 

Son unas pocas preguntas de las tantas

que suelen peregrinar en mi pensamiento

y que hoy no me dejan en paz,

siento culpa y algo de impotencia.

 

No estar en el lugar indicado

mutila de a poco la esperanza,

de hallar la inmediata respuesta

para afirmarme de vuelta en la confianza,

 

Aparece pronto ¡oh dulce melodía!

porque cada palabra en esa canción

me llevó a infinidad de espacios

de los que pude salir día a día,

en otros sin ninguna explicación

quede aferrado a otras vidas.

2

Pero quisiera quedar de nuevo ahí atrapado,

para acercarme a la justa reparación

de las voces que a fuertes gritos me lo piden,

lo sé porque sus rostros lo expresan con devoción.

Sigo recorriendo infinitos y diversos espacios

anhelando encontrar lo más cercano a mí (sin poder hallarlo).

Me duele porque la única medida

que hoy tengo para extender este camino,

es poder seguir escribiendo,

intentar describir lo que mi alma sigue sintiendo.

 

De a poco como la anterior canción

noto que las palabras terminan,

como la anterior esperanza

con la que empecé a redactar

nuestra única canción, así culmina.

 

¡Un tanto surrealista!

3

Musician

Poesías grabadas por el Maestro Litto Molina

Seis
de enero

Pequeña
Rosa

La cima
de tu cuerpo

La parábola
del viento 

Tejiendo deseos,
sueños en el prado

Cada una de las anteriores poesías, fueron escritas por el autor y compositor Francinher Sandoval Valencia y Grabadas en estudio con la participación especial del maestro Litto Molina en la voz.

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